martes, 8 de mayo de 2012

“Tu libertad termina donde empieza la mía”



El respeto consiste en el reconocimiento de los intereses y sentimientos del otro en una relación. Aunque el término se usa comúnmente en el ámbito de las relaciones interpersonales, también aplica a las relaciones entre grupos de personas, entre países y organizaciones de diversa índole.
No es simplemente la consideración o deferencia, sino que implica un verdadero interés no egoísta por el otro más allá de las obligaciones que puedan existir.
A veces se confunde al respeto con alguna conducta en particular, como los buenos modales o la amabilidad, pero el respeto es algo diferente a esto, es una actitud. Esta actitud nace con el reconocimiento del valor de una persona, ya sea inherente o también relacionado con un comportamiento. (por ejemplo respetar el “buen juicio” de alguien en particular.

Al llegar a la adolescencia, el respeto tiene mucho más sentido. Ya con una intimidad propia descubierta, los hijos son capaces de reconocer lo que significa respetar a los demás y respetarse a sí mismos.
El adolescente quiere ser respetado por los demás y nota claramente cuándo existe este respeto. Sin embargo, no nota con tanta claridad cuándo está faltando al respeto hacia los demás. Se molesta cuando algún amigo no acude a una cita, pero no le importa si es él quien falla. Y aquí hago hincapié en lo importante que es que se respete la propiedad ajena, porque los que hacéis graffiti, si pintáis en lugares ilegales, en los que podéis molestar a los demás (falta de respeto hacia ellos) decís que tenéis que expresar vuestro arte, pero si os pisan una pintada decís que no os respetan, ¿en qué quedamos? ¿unos si pueden faltar al respeto y otros no?, y ¿todo con la excusa de que hacéis arte? esto no deja de ser una excusa que no sirve. El respeto debe ser mutuo. Siempre digo una frase: “Tu libertad termina donde empieza la mía
Es lógico que debiera existir un mayor respeto entre las personas que se conocen mejor —los hermanos y los amigos íntimos—, porque en la misma relación es necesario afinar más para permitir una convivencia continua.
Incluso la convivencia entre hermanos únicamente es posible si existe un gran respeto, porque no existe la posibilidad de elegir a los hermanos de acuerdo con el propio modo de ser. Cada uno es diferente, tiene un estilo particular y hay que respetarlo.
Recomendaciones para que el respeto mutuo sea la base del noviazgo entre jóvenes y adolescentes.
Es una etapa que pasa de la mera simpatía o del simple “gustarse” a una nueva relación de mayor conocimiento, donde se debe de investigar si hay una identificación moral y espiritual, o si no hay tal compatibilidad.
POR: TEACHER BONILLA

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